La propuesta está pensada, específicamente, para las condiciones de las regiones Piura y Tumbes. Se diferencia radicalmente de las de Selva, Sierra o Heladas, aunque comparten una estructura común y un posicionamiento a nivel pedagógico.
Por Elena Belletich Ruiz. 11 marzo, 2019.Hace poco, se premió a los ganadores del I Concurso Internacional de Anteproyectos Arquitectónicos Escuelas Bicentenario, convocado por el Ministerio de Educación, con el objetivo de construir 2803 colegios en todo el país, antes del 2021. Uno de los diseños del equipo ganador fue elaborado por un grupo de arquitectos de la Universidad de Piura.
El concurso, convocado a través del Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied), lo ganó FD Arquitectos SAC, integrado por un gran equipo de profesionales, entre ellos cuatro arquitectos de la UDEP. Los paneles y maquetas ganadoras de las categorías: Costa, Costa lluviosa, Sierra, Heladas y Selva se exhibirán en el Ministerio de Educación hasta el 28 de marzo.
Mayco León, Lola Rodríguez, Jorge Losada y Miguel de la Piedra, docentes de Arquitectura de la UDEP, elaboraron la propuesta para “Costa Lluviosa”, para las regiones de Piura y Tumbes.
Al comentar porqué participaron en esta convocatoria, el arquitecto Losada dice: “Nos pareció el concurso más importante del país en los últimos tiempos. De una parte, por lo necesario de este programa y, de otra, por el impacto que tendría en la sociedad. Y, supongo que también porque somos docentes vocacionales, llevamos muchos años desempeñándonos en este ámbito y entendíamos que estábamos acreditados en este campo y en disposición de aportar”.
Sobre el diseño
Desde que salió la convocatoria hasta la entrega de la propuesta, los arquitectos contaron con apenas mes y medio para elaborarla, dedicando “de ese mes y medio, todo el tiempo disponible, con todos sus días y algunas de sus noches”.
¿El diseño se adapta a las condiciones climáticas, sociales y ambientales de Piura y Tumbes?, preguntamos al especialista. “El problema de los colegios es increíblemente complejo, con muchas variables a tener cuenta, algunas de las cuales sólo se pueden valorar subjetivamente. Y, precisamente por este motivo, hemos tratado de que la funcionalidad sea total. La responsabilidad del diseño es mucha, cuando estamos hablando de millones de niños y miles de millones de soles. No nos hemos permitido ninguna frivolidad. Pensamos que la arquitectura y los arquitectos somos un instrumento al servicio de la sociedad”, anota.
Agrega que se ha procurado que la adaptación al clima sea total. Esta característica ya estaba contemplada en las bases del concurso, al dividir el país en cinco zonas bioclimáticas. “Nuestra propuesta está pensada específicamente para las condiciones de las regiones de Piura y Tumbes y se diferencia radicalmente de las de Selva, Sierra o Heladas, aunque comparten una estructura común y un posicionamiento a nivel pedagógico”.
Aspectos sociales, académicos y recreativos
El arquitecto Losada indica que también se ha querido cubrir las necesidades académicas y recreativas de los escolares, a los que estarán destinados los colegios que se construirán de aquí al 2021. “Los colegios deben ser parte de la comunidad y dar ejemplo. Deben ser abiertos e idealmente usarse más allá del horario escolar. Están ahí para la gente en todo momento; por esto se consideran edificios esenciales. Si entre todos conseguimos que así sea, no sólo desde el diseño, estaremos haciendo que el retorno de la inversión sea el máximo posible. Dará más dividendos”.
Adicionalmente, dice: “Esta estructura debe construir mejores ciudades e incentivar los vínculos entre los ciudadanos. El lema del ministerio, y tratamos de sumarnos, es ‘Mejores peruanos siempre’”.
¿Cómo serán los colegios?
El docente de la UDEP indica que todos no tendrán ni la misma extensión ni la misma capacidad. “Estamos proponiendo un sistema con decenas de módulos programáticos que permite armar virtualmente infinitos colegios en función del caso. La versatilidad es un principio crucial. Por ejemplo, habrá colegios existentes en los que se implemente una o dos aulas, y otros en los que se parta de cero y alberguen miles de estudiantes. El sistema debe permitir esta flexibilidad”, anota.
En cuanto a la fachada, “como serán colegios para Piura y Tumbes, vamos a vestir la estructura con una piel, una especie de vestido, que cubre el edificio, genera sombras, permite la ventilación y gestiona el agua cuando llueve (como ahora). Se podría decir que los parasoles son el elemento que seguramente se llevará la atención. Dotan de unidad al conjunto y se caracterizan por una marcada horizontalidad, aunque todavía estamos estudiando varias opciones de materialidad”.
Por otra parte, el programa es amplísimo, respecto a los ambientes de los colegios. “Lo ha marcado el Ministerio de Educación y nosotros tenemos que cumplirlo del modo más eficaz posible. Hay más de un centenar de espacios diferenciados. Desde aulas de Inicial, Primaria y Secundaria, hasta biblioteca, laboratorios y talleres pasando por todo lo que puedas imaginar, tópicos, kioskos, gimnasios o piscinas. Hay de todo”.
Para alargar la vida útil de estos edificios (“una de nuestras principales preocupaciones”, dice Losada), el diseño permitirá realizar ampliaciones y modificaciones. “Para eso hay diferentes estrategias. En primer lugar, los materiales deben ser duraderos. En segundo lugar, los espacios deben ser versátiles, la estructura debe ser flexible y permitir el cambio de uso. También se debe poder ampliar y añadir nuevos módulos a los colegios que así lo requieran”.
Colegios con nuevos estándares de calidad
Hacer una comparación económica entre lo que costará construir los nuevos diseños y lo que ha costado, hasta el momento, la construcción de otro colegio, carece de interés dado el nuevo concepto de los Colegios Bicentenario, indica el profesional. “Estamos aplicando estándares de calidad muy diferentes. Lo que sí cabe destacar es que los colegios del Bicentenario se basan en un catálogo modular sistémico que permitirá acelerar los tiempos de diseño, revisión y ejecución. Y, por tanto, se ahorrará tiempo y capital permitiéndonos ser más eficaces en el cierre de la brecha infraestructural del sistema educativo”.
Agrega que la tarea actual en la que están concentrados muchos profesionales y varias instituciones es “dar el máximo e ir ajustando el diseño. Este es uno de esos proyectos interesantes, también bonitos, en la medida en que hay muchos profesionales de diferentes disciplinas que emiten sus juicios y tratamos de que el diseño integre todo lo que sea posible”.
Refiriéndose a los objetivos que han procurado cumplir en “Costa lluviosa”, el arquitecto Losada expresa: “Tratamos de hacerlo lo mejor posible y analizar con detenimiento y profundidad la naturaleza del problema que enfrentábamos, y todavía enfrentamos. Una de las claves que te permite operar con eficacia es entender bien el territorio en el que te mueves y, después de esa fase analítica, tratar de dar lo mejor de uno y volcar capacidades y talentos siendo generoso en el esfuerzo”.
Sobre Jorge Losada
Su primer proyecto en el Perú, realizado con la arquitecta Lola Rodríguez, fue el Taller de Arquitectura de la UDEP, aula de los estudiantes de Arquitectura de esta casa de estudios. Con este trabajo ganó la Obra del Año de Latinoamérica y España, concurso organizado por Plataforma Arquitectura y ArchDaily; y fue seleccionado para la Bienal Iberoamericana de Sao Paulo.
Antes de venir al Perú, hace casi 5 años, ambos profesionales ya habían ganado varios concursos de ideas, paisajismo y vivienda. Sin embargo, señala: “Seguramente el I Concurso Internacional de Anteproyectos Arquitectónicos Escuelas Bicentenario es el más importante hasta la fecha. Sobre todo, por su dimensión social y por la repercusión que tendrá en la educación de miles de niños”.
“Si bien la primera noticia es la victoria en el concurso, ahora ya estamos inmersos en plena fase de desarrollo de los expedientes técnicos y después veremos los primeros colegios. Creo que este proceso nos hará crecer en todos los niveles y seguir aprendiendo”, puntualiza.